Village: Entrevistamos al joven Sid Montecatus

Para lograr entender como funciona La Villa, hemos acudido a entrevistar a uno de los miembros más jóvenes, perteneciente a la tercera generación de una familia de La Villa, los famosos Montecatus. El chaval en cuestión, Sid Montecatus, no es el chico más brillante del mundo, pero logra hacernos entender cómo funciona la vida en La Villla.

(Nota del editor: El resto del pueblo afirma que el apellido original era Mentecatus)

P: Tenéis un pueblo muy bonito, la envidia de la comarca, ¿Qué me puedes contar sobre él?

La boda de los padres de
Sid Montecatus

R: Mira tío, ¡tú no entiendes nada! Nada de nada. Este pueblo no es bonito, lo que es bonito es la mansión de mi familia, lo que en otras familias se llama granja. Somos lo más de lo más, la repanocha - dormimos en calzonillos de oro. Y todos tenemos 2 carros de caballos, cada uno. ¡Las otras familias no valen nada!

P: Curioso que entonces te hayamos pillado en traje de faena, por decir algo. ¿Como puedes afirmar eso sobre el resto de familias?

R: Esto... es por una obra de la parroquía, tío. Hago de pobre, por eso tengo que aparentarlo ahora. Con respecto al resto de familias, yo no firmo nada. ¡Fíjate en su prestigio: no es nada comparado con el nuestro! Y al final de la partida, lo que importa es el prestigio. No importa nada más.

P: Afirmar, no firmar.

R: Ya, ya lo sé, es lo mismo que acarro que es lo mismo que carro, ¿no?

P: Volviendo al tema, podríamos decir que "gana" vuestra particular competición quien tenga más prestigo...

R: Si, eso es. El prestigio se puede conseguir de muchas maneras. Tito BotasRotas se hizo muy prestigioso visitando pueblos vecinos, cuantos más visites (en los alrededores hay 6) más puntos ganas. Por supuesto, los habitantes del resto de pueblos se quedaron impresionados, porque para eso somos lo más de lo más. ¡No creo que haya nadie que tenga más estilo que nosotros! Por cierto, no identifico la tela de tus prendas, ¿es lino?...

P: No conoces este tipo de tela. He oído que hay quién dice que BotasRotas fue un ladrón y por eso tuvo que visitar pueblos vecinos, huyendo de la justicia.

R: ¡Envidia!

P: De todas formas, ¿hay alguna manera extra de ganar prestigio?

R: Por supuesto. Si tienes dinero, al final, eso cuenta también. Cuanto más dinero tengas, más prestigio. Por cierto, ¿no tendrías una moneda de oro para dejarme? Mi padre se dejó el dinero en el Ayuntamiento....

El tio Botas Rotas, de viaje

P: ¿El Ayuntamiento?

R: Si, ahí es donde se toman las decisiones sobre el pueblo. Por supuesto formar parte del ayuntamiento, da prestigio. Estoy seguro de que no lo sabes, pero mi familia ha contribuido con grandes alcaldes a este pueblo....

P: ¿Te refieres al llamado Juan II el Borracho?

R: Todos los alcaldes beben, es pura envidia. Tío, ¿con quién has estado hablando que te ha comido el tarro?

P: Curioso lenguaje. ¿Es de por aquí? No contestes. Entonces, para ganar prestigio, gente de la familia puede pertenecer al Ayuntamiento, irse de viaje...

R: O ingresar en la Iglesia. El problema es que la Iglesia es más difícil. Cada año, que por aquí llamamos final del turno, 4 personas ingresan en la Iglesia, escogidas al azar entre todos los que se presentaran como voluntarios. Como siempre hay al menos 4 monjes voluntarios, es difícil ser escogido. Pero, déjame contarte un secreto...

P: Soy periodista. No sé guardar secretos.

R: ... Bueno, da igual, tronco. Todo el mundo lo sabe por aquí: si pagas 1 moneda de oro, puedes asegurarte de que el candidato de tu familia sea escogido para la iglesia

P: ¿Corrupción?

R: Digamos que es así como funcionan las cosas por aquí.

(En este momento, el entrevistado guiña el ojo de una manera que espero que no signifique lo que creo que significa...)

P: Haremos como que no he visto ni oído nada. Vale: viajes, Iglesia, Ayuntamiento, dinero, ¿Hay algo más que se me olvide?

R: Pues si... Puff, de verdad, no entiendo cómo has sobrevivido tú en el mundo

P: Tu pueblo tiene de 2 a 4 familias-jugadores, no parece muy grande. No sé yo quién estaría perdido en el mundo de ahí fuera...

R: ¡Es muy duro, tío! Pero tú no lo entiendes. En fin, se puede ganar prestigio también haciéndote un nombre en el mercado. Y en eso soy bueno, porque, no quería decirlo, pero en la sangre de mi familia siempre se ha dicho que corre el arte de la persuasión

La Villa

P: Desde luego. Ya lo noto.

R: Bueno, pues cuanto más difícil sea la venta, más puntos te llevas. Es así.

P: ¿Y qué compra la gente?

R: De todo, pero principalmente utensilios y comida.

P: Me acabo de dar cuenta ¿Está roto tu pantalón?

R: ¡Hago de pobre en la función de teatro de la parroquia!

P: ¿No habían suspendido la representación durante el verano?

R: (pausa..) Es un especial de una noche de verano

P: ¿Qué personaje de esa obra viste como un pobre?

R: No te contesto que se nota que no has leído a Cervantes.

P: Ajá. Cervantes. ¿Y de donde sacáis la comida?

R: De esta granja. ¡Todo aquello a lo que alcanza la vista es de mi familia!

P: Es de noche. ¡No se ve nada!

R: Bueno, pues antes de que me preguntes, los utensilios se sacan de los artesanos...

P: ¿Y todo esto es gratis?

R: ¡Nada es gratis!

P: ¿Y como se paga? ¿Con oro?

R: ¡No estás al loro, tío! Basicamente, si tienes suficiente influencia (y mi familia es la más influyente del lugar, no sé si te he dicho que se comenta que descendemos de los césares de Roma....), puedes usar esa influencia para lograr que te den las cosas gratis. Si no, pues tienes que aprender a hacerlo tu, lo que cuesta tiempo.

P: ¿Y qué pasa con el tiempo?

R: ¿¿?? ¡Esa es la pregunta más idiota que me has hecho! Y mira que llevas varias... Cuando pasa el tiempo, la gente fallece, tío. Si te fijas, cada uno de nosotros, en la familia, llevamos un número de generación tatuado en el pecho. Te lo voy a enseñar...

P: No por favor. Pagaré por no verlo.

R: ¿Cuánto?

P: Toma. Continua, por favor

R: ¡Gracias! ¿Es dinero de verdad? En fín, los de número más bajo fallecen primero, porque son las primeras generaciones.

P: ¿Y que hacéis con los fallecidos?

R: Los llevamos al cementerio, con honores o sin ellos

P: ¿Como funciona lo de los honores?

R: Cuando muere un familiar, dependiendo de donde estuviera en La Villa, ahí va. Si quedan puestos de honores en el libro de La Villa, pues le metemos ahí, y si no, al cementerio común.

P: ¿Y cuando se acabe el cementerio o el libro, que haréis?

R: A eso le llamamos final de la partida.

P: Ajá. Me decías que se podía "pagar" con influencia

R: Si. Cada año, que por aquí llamamos turno, se colocan cubos en todas las acciones posibles (granja, irse de viaje, ayuntamiento, iglesia, artesanos, mercado para vender, el pozo para conseguir más acciones a cambio de cubos, y mi favorita, reproducir, porque veras...

P: No me lo cuentes, que es un blog familiar

R: Dejémoslo en conseguir más miembros para la familia. Jajajajajjajaa

Pausa de 15 minutos de chistes adolescentes sobre el tema

R ... Jajajjajaja. ¡Qué bueno! ¡Soy un genio! En fin, cada vez que vas a ejecutar una acción, primero coges uno de esos cubos, y luego, si quieres, ejecutas la acción (excepto el mercado, que es obligatorio ejecutarlo). Lo malo es que algunos de estos cubos son malos, los negros, que son plagas, y hacer la acción te cuesta tiempo...

P: ¿Y cuando se agotan los cubos?

R: Entonces vamos a misa, se saca gente para la iglesia, y todas esas cosas. Y se vuelven a colocar cubos, así hasta que acabe la partida.

P: Gracias por tu tiempo.

R: No te preocupes, estoy acostumbrado, a fin de cuentas somos la familia más famosa de todo el pueblo, es normal que vengas a nosotros....

P: La verdad es que sois los únicos que teníais tiempo para atenderme

R: Es lo que tiene ser rico, te deja disfrutar del tiempo

P: Hay gente que dice que más bien sois vagos:

R: ¡Envidia! ¡Envidia! Déjame que te enseñe mis carros...

P: Por favor, hazlo.

R: Ehhhh, es que están guardados.

P: Gracias por tu tiempo, adios.

R: Ahora que lo dices, ¡ESTO ME HA COSTADO TIEMPO!

Al irme, oigo los gritos de los Montecatus. Parece que el tiempo ha costado la vida del tío Estupidix, famoso por ser el único hombre que ha tropezado 2.153.458 veces con la misma piedra.

Y hasta aquí la entrevista con Sid Montecatus.


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