(Lee la historia de Málaga Yones aquí)
Componentes:
Este juego tiene cuatro componentes, cuya descripción no da para una larga parrafada. Tenemos los 8 vagones de colores para guardar los diamantes (son de calidad, funcionales y hasta bonitos, ¡muy bonitos!); los diamantes en sí (¡muy llamativos! Realmente bonitos. Dan el pego, sí señor); las secciones de mina (funcionales) y los 8 hombrecitos mineros que guardar en la mano para indicar si seguimos o no adelante (divertidos con su fedora).
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| Interior de la caja |
Si tenemos en cuenta la adecuación caja/componentes, la caja podría ser un poquito más pequeña. Aunque los vagones montados se tomen su espacio, con poco más de la mitad de tamaño bastaría. No es un juego que requiera especialmente compartimentos, pero podrían haber dejado un lado para los vagones, y en el otro poner tres separaciones para cartas, mineros y diamentes.
¿A que juego se parece?
No conocemos ningún juego parecido, pero, afortunadamente, es muy simple en sí mismo y por lo tanto no hay que buscar las siempre odiosas comparaciones :) Remotamente, hemos escuchado algún parecido con el mecanismo del juego de cartas de las 7 y media, por eso de me paso y se derrumba, o me quedo corto pero consigo pocos diamantes.
Mecanismos:
Repitamos todos: es un juego muy simple (aunque a veces la simpleza es necesaria, y para nada nada es mala en sí misma). La única decisión que hay que tomar es cuándo salir de la mina. Dado que el juego se beneficia de que esta decisión tenga tensión, es más divertido jugar cuantos más jugadores haya - más posibilidades de abandono y más intentar llevar la cuenta mental de la cantidad de piedras preciosas que tiene cada uno... ¡Se puede jugar hasta 8 personas!
En la última ronda, nos da la impresión de que quien no tiene nada que perder, arriesgará hasta el final, y el que va en cabeza decidirá un poco en función de las decisiones que vaya viendo tomar a los demás. Es mejor llevar los deberes hechos a la última mina.
Bastante azar y un toque de estrategia.
En la última ronda, nos da la impresión de que quien no tiene nada que perder, arriesgará hasta el final, y el que va en cabeza decidirá un poco en función de las decisiones que vaya viendo tomar a los demás. Es mejor llevar los deberes hechos a la última mina.
Bastante azar y un toque de estrategia.
Opinión/¿Debo comprarlo?:
Es un juego fácil de aprender y abarca públicos que probablemente no accederían a juegos más complejos. Lo tuvimos mucho tiempo en la estantería hasta que lo probamos en la DevirFeast. Nos parece un juego familiar, entretenido para un público adecuado, y para cumplir su función: pues eso, corto, sencillo, para matar algún rato muerto. Merece la pena - si se juega con el número suficiente de jugadores y a estos les gusta el juego. Nuestra recomendación es que si lo ves rebajado, lo compres. Los vagones y los diamantes por sí mismos son bien bonitos y ya merecen la pena. Por su precio original, primero pruébalo para ver si te convence y si crees que va a encajar en tu grupo de juego. Pero realmente por sí mismo es capaz de hacer pasar ratos bastante entretenidos, e incluso crea tensión. ¡Hay momentos en la partida que se tornan emocionantes! Si tenéis claro lo que es capaz de ofrecer, y no más, y es eso lo que esperáis del juego, está bien.
Enlaces de interés:
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